Trepidantes escenas de acción, dramas, comedias, thrillers sobrenaturales… Existen cientos de películas que giran en torno al mundo de la automoción y, por cada una de ellas, una manera de proyectar en el mundo del celuloide un elemento tan cotidiano y apasionante en nuestras vidas como son los coches. Hemos seleccionado trece para vosotros en este reportaje especial patrocinado por compramostucoche.es
‘Ahí va ese bólido’ (Robert Stevenson, 1968)
Esta fue la película que nos presentó a Herbie, el Volkswagen escarabajo de Disney que era capaz de pensar y tomar decisiones por sí mismo. Una especie de precursor del coche fantástico que, entre otros trucos, podía ponerse sobre dos ruedas y correr a toda velocidad para ganar los grandes premios en los que participaba. Pero claro, un coche con estas cualidades era muy codiciado por pilotos mucho menos amistosos que los protagonistas. A parte de tener varias secuelas en los años setenta, en 2005 se estrenó un remake del film original protagonizado por la nada inocente Lindsay Lohan.
‘El diablo sobre ruedas’ (Steven Spielberg, 1971)
La ópera prima profesional de Steven Spielberg fue esta TV movie que fue incluso adaptada y proyectada en salas de cine. Un thriller psicológico en el que un conductor (Dennis Weaver) ha de sufrir la persecución de un camionero cuyo rostro nunca vemos, decidido a provocar un accidente mortal para nuestro protagonista. El guión está firmado por Richard Matheson, autor de ‘El increíble hombre menguante’ y ‘El último hombre sobre la Tierra’. Spielberg da toda una lección de cine con un presupuesto corto y unas grandes limitaciones técnicas que no empañan el resultado. Recordemos que por aquel entonces sólo tenía 25 años.
‘Las 24 horas de Le Mans’ (Lee H. Katzin, 1971)
Dicen que Steve McQueen, amante de los coches y de las carreras, condujo él mismo en casi todas las escenas de este film ambientado en el mundo de la competición, donde interpreta a un piloto estadounidense del equipo Porche dispuesto a arrebatarle a Ferrari el gran premio del mítico circuito de Le Mans. Una película imprescindible para asomarse, con un gran realismo, al sector del automovilismo de los años 70. La secuencia en la que los motores empiezan a rugir justo antes de que el semáforo se ponga verde es muy emocionante, así como el acelerón final hacia la victoria del piloto Michael Delaney.
‘Mad Max’ (George Miller, 1979)
Mientras esperamos la ansiada cuarta entrega de la saga ‘Mad Max’, nunca está de más revisitar el clásico postapocalíptico protagonizado por Mel Gibson, en el que hordas de coches construidos a base de chatarra cruzan el hostil desierto de Australia. Pronto se convirtió en una película de culto y en una de las mejores de la carrera de Gibson. En cuanto a ‘Mad Max: Furia en la carretera’, llegará a nuestras pantallas el 15 de mayo de 2015 con una irreconocible Charlize Theron acompañando a Tom Hardy en el papel protagonista. Veremos si está a la altura de sus predecesoras.
‘Christine’ (John Carpenter, 1983)
John Carpenter, responsable de clásicos del cine fantástico y de terror como ‘Halloween’, ‘La cosa’ o ‘Están vivos’, adaptó a principios de los 80 la novela homónima de Stephen King en la que un adolescente apocado se enamora de un viejo Plymouth Fury que ha comprado a precio de chatarra. Pronto descubriremos que el propio coche parece tener instintos psicóticos, que a lo largo de sus años de circulación ha dejado a su paso un reguero de sangre, y que su conducta asesina se está transmitiendo, poco a poco, a su nuevo propietario. Pero, ¿y lo bonito que es?
‘Noche en la Tierra’ (Jim Jarmusch, 1991)
En cinco ciudades repartidas por todo el mundo (Los Ángeles, Nueva York, París, Roma y Helsiniki), cinco taxistas deben enfrentarse a las dificultades —y dilemas— propios de su gremio. Entre los actores al volante encontramos a un Roberto Benigni pre ‘La vida es bella’ y a una joven Winona Ryder. Dirigida por Jim Jarmusch, que escribió el guión en apenas ocho días, ‘Noche en la tierra’ es otra película de culto que no deja a nadie indiferente, como la mayoría de obras del director estadounidense. Sin embargo, pasó desapercibida para la mayoría de premios y festivales cinematográficos celebrados en 1991.
‘Ronin’ (John Frankenheimer, 1998)
Protazonizada por Robert De Niro y Jean Reno, una de las principales bazas de ‘Ronin’ durante su lanzamiento fueron sus largas y originalísimas escenas de persecuciones, en las que Audis y BMWs serpenteaban a toda velocidad por las calles de París. Rodada a la vieja usanza por John Frankenheimer —un artesano de Hollywood que por aquel entonces ya había cumplido 68 años— los efectos especiales fueron aquí sustituidos por un inmejorable equipo de especialistas al volante. Se dice que en el rodaje se destruyeron unos 80 vehículos, aunque afortunadamente no se produjo ninguna víctima.
‘A todo gas – The Fast and the Furious’ (Rob Cohen, 2001)
Empezó siendo una película de acción sin grandes pretensiones y presupuesto mediano, y ha terminado convirtiéndose en una de las sagas blockbuster más rentables de los últimos años. A la cabeza de su reparto, grandes estrellas habituales del cine de persecuciones y explosiones, como Vin Diesel o Michelle Rodríguez. Pronto veremos su séptima entrega, aún tras la muerte de uno de sus protagonistas, Paul Walker, precisamente tras un accidente de tráfico. Dicha secuela, dirigida por James Wan, ha fijado su estreno en España para el 3 de abril de 2015.
‘Cars’ (John Lasseter y Joe Ranfit, 2006)
No es precisamente la película más lograda de Pixar ni tampoco la más admirada por los fanáticos del estudio, pero hay que reconocer que ‘Cars’ pone en imágenes esa fantasía que todos hemos tenido alguna vez durante nuestra infancia: la de coches dotados de vida que compiten entre ellos por conseguir el primer puesto en el circuito de carreras. El coche protagonista vino bautizado, además, con el nombre de Rayo McQueen, un obvio homenaje al film clásico ‘Las 24 horas de Le Mans’. En los Oscars de 2007, ‘Cars’ fue derrotada por los pingüinos de ‘Happy Feet: Rompiendo el hielo’.
‘Death Proof’ (Quentin Tarantino, 2007)
Precisamente la pasión de Quentin Tarantino por el mundo de los especialistas y por las escenas de persecuciones llevaron al director a realizar su película más arriesgada. Entre el elenco, encabezado por Kurt Russell, ocupa un lugar destacado la especialista Zoë Bell, que se interpreta a sí misma y protagoniza el extenso y potente clímax del film, atada al capó de un coche que atraviesa el desierto a toda velocidad. Aunque parezca mentira, la película fue estrenada en un lugar a priori poco recomendable: el Festival de Cannes, que le tiene un cariño especial a Tarantino.
‘Gran Torino’ (Clint Eastwood, 2008)
La posesión más querida del veterano de guerra Walt Kowalski es un precioso Gran Torino del año 1972 que guarda con mimo en su garaje. Ese coche y su fiel perrita son los únicos motivos que le quedan para vivir tras el fallecimiento de su esposa. Sin duda estamos ante una de las mejores películas dirigidas por Clint Eastwood, que realiza un examen crítico de su propia carrera y, muy probablemente, de su vida personal. ‘Gran Torino’ divierte, conmueve y pone el bello de punta con esa cancioncilla final interpretada por la voz rasgada de Eastwood.
‘Drive’ (Nicolas Winding Refn, 2011)
El guaperas de Ryan Gosling se pone al volante para dar vida a un chófer especializado en conducir para criminales y experto en dar esquinazo a la policía. Cuando un grupo de mafiosos amenacen la felicidad de su vecina, Gosling se convertirá en un héroe americano que le debe mucho al que interpretara Robert De Niro en la mítica ‘Taxi Driver’. Carey Mulligan interpreta a la chica de la que se enamora el conductor en esta oscura y violenta película que fue una de las revelaciones del año 2011. Además, su banda sonora es una maravilla.
‘Rush’ (Ron Howard, 2013)
Fue una de las películas más sorprendentes del año 2013. Narra la rivalidad entre los pilotos de Fórmula 1 James Hunt (Chris Hemsworth) y Niki Lauda (Daniel Brühl) a mediados de los setenta. Dirigida con pulso firme por Ron Howard, ‘Rush’ nos mete de lleno en esos monoplazas que buscan la victoria a todo gas y nos hace sentir la emoción de este espectáculo de masas. La cinta obtuvo dos nominaciones a los Globos de Oro en las categorías de mejor película dramática y mejor actor de reparto (Brühl), aunque finalmente no pudo llevarse ninguno de los dos premios.
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