Ha muerto David Frost, el periodista británico que puso contras las cuerdas a Richard Nixon en una serie de famosas entrevistas televisivas que se emitieron en 1977. Hacía tres años que Nixon había dimitido de su cargo por el escándalo Watergate, y en aquel momento estaba a punto de publicar sus memorias. Su agente editorial le recomendó que accediera a ser entrevistado por Frost ya que le serviría para promocionar el libro; pero Nixon ignoraba que iba a encontrarse con un periodista contumaz, cuyo objetivo era hacerle confesar en primera persona los delitos que le habían llevado a dimitir.
Como es sabido, Frost se salió con la suya. Tras deshacer el enroque inicial de Nixon, que quería limitarse a vender su libro y a rellenar con vaguedades el resto de sus declaraciones, consiguió orientar la entrevista hacia el caso Watergate. Nixon empezó a contestar a la defensiva, evidenciando un claro nerviosismo, y terminó por salirse de sus casillas. Entonces, en un momento memorable de la historia de la televisión, Frost le preguntó si había cometido alguna ilegalidad mientras ejerció de presidente. Nixon, furioso, espetó: “Si el presidente lo hace, entonces no ilegal”. En décimas de segundo –lo vemos en su cara de horror– Nixon comprendió que se había quedado en calzoncillos ante 45 millones de espectadores. Pero ya era tarde. Frost había ganado el desafío.
En el año 2006, el dramaturgo Peter Morgan estrenó una obra de teatro que recogía los entresijos de aquellas entrevistas: cómo consiguió Frost acceder a Nixon, cómo preparó el guión junto a su equipo y cómo alcanzó el objetivo de la confesión. La obra tuvo un gran éxito en Londres y Broadway, y Universal compró los derechos para llevar a cabo la adaptación al cine. La dirección corrió a cargo de Ron Howard, que aceptó el encargo con la condición de que los protagonistas fueran los mismos que en el teatro: Michael Sheen como David Frost y Frank Langella como Richard Nixon.
Recuerdo haber visto la película en una de las pocas veces que he ido solo al cine. Era una sala con capacidad para más de 150 personas, y apenas éramos cinco o seis espectadores aquel viernes por la tarde. Más allá de que sea la típica historia que inspira a cualquier estudiante o recién licenciado en Periodismo, como lo era yo, salí del cine con el espíritu renovado; con la optimista sensación de que, aunque los corruptos, los asesinos y los estafadores suelan vencer en la vida real, siempre habrá quien intente hacerles caer. Esa debería ser la función de los periodistas. Por eso lamento que muchos gobernantes no se encuentren con un Frost en el camino, y por eso respeto más a Nixon –aunque fuera un cabronazo– que a los cobardes que se ocultan tras una pantalla de plasma.
Puede que Ron Howard tuviera medio trabajo hecho gracias a la estupenda obra que ideó Peter Morgan, pero tampoco hay que negarle el mérito de haber convertido ‘El desafío: Frost contra Nixon’ en un producto intachable desde el punto de vista cinematográfico. Recrea perfectamente toda la tensión interna que generó la entrevista, las dudas de Frost y de sus compañeros sobre cómo abordar a Nixon, y los fragmentos copiados tienen toda la fuerza de las imágenes emitidas por la pequeña pantalla hace ya 36 años. Tanto Sheen como Langella están magníficos en un film que obtuvo cinco nominaciones al Oscar y otras cinco a los Globos de Oro, y que hoy nos sirve para recordar a David Frost en el día de su muerte.
CALIFICACIÓN
Ficha técnica(+)
Dirección: Ron Howard. Guión: Peter Morgan, a partir de su propia obra de teatro. Reparto: Frank Langella, Michael Sheen, Sam Rockwell, Kevin Bacon, Matthew Macfadyen, Oliver Platt, Rebecca Hall, Toby Jones, Andy Milder, Kate Jennings Grant. Duración: 122 minutos. País: Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Otras críticas
“Lo único que merece la pena, de verdad, es la interpretación de Frank Langella. El resto, muy correctito, e incluso puede aburrirte si no estás preparado” (Juan Luis Caviaro, ‘Blogdecine.com’). (+)
“Howard, aunque menos que en otros títulos, aparece siempre un tanto liado con la planificación y la narrativa pero eso sí, explotando al máximo a unos geniales Frank Langella y Michael Sheen, máximos alicientes del proyecto” (Pablo Gutiérrez, ‘Ktarsis.es’). (+)
“…un buen guión, buen apartado técnico y buenas actuaciones, pero un film que solo quiere la aceptación del público y que para mí resulta simple sin una buena técnica de dirección” (El blog de José Barriga). (+)
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