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2001: Una odisea del espacio (1968)

Critica de 2001 odisea en el espacio por El Criticon

Critica de 2001 odisea en el espacio por El Criticon

Woody Allen dijo en una entrevista que la primera vez que vio ‘2001: Una odisea del espacio’ quedó muy decepcionado. Que no le gustó en absoluto. Pero al cabo de un tiempo volvió a verla y su opinión mejoró considerablemente. Un par de años más tarde decidió darle otra oportunidad; y entonces no sólo le encantó, sino que se dio cuenta de que Stanley Kubrick era un director excepcional y de que él jamás podría estar a su altura.

Es evidente que Allen se infravalora, como hace cuando se refiere a otros grandes directores, no sé si por falsa modestia o por inseguridad patológica. Pero, siguiendo con la anécdota, si Allen necesitó tres visionados para comprender la magnitud de ‘2001’, yo probablemente necesitaré treinta. Este fin de semana llegué a mi tercera vez y, aunque mi opinión sigue mejorando —en parte gracias a las fantásticas explicaciones de Pedro Marín—, estoy lejos de profesar la admiración que Allen demuestra por la obra de Kubrick.

Ahora bien, nadie con un mínimo de sensibilidad artística puede obviar que, técnicamente, ‘2001’ es la perfección hecha cine. Daría lo que fuese por imaginar lo que imaginaba Kubrick cada vez que componía un plano y lo encuadraba con su objetivo. Las imágenes se suceden con precisión matemática, y algunas ponen la piel de gallina sólo por el hecho de ser impecables, más aún si tenemos en cuenta que han pasado 47 años desde el estreno.

Mirad por ejemplo el acoplamiento de la nave con la estación espacial bajo los acordes de ‘El Danubio azul’ de Johann Strauss, o las milimétricas apariciones del sol sobre el monolito. ¿Un Oscar a los mejores efectos especiales? Por favor. Ni un monumento habría hecho justicia a un trabajo tan grandioso, que supuso un punto y aparte en el cine de ciencia ficción.

Es a nivel narrativo donde ‘2001’ se me sigue atragantando. Sé que el objetivo de Kubrick y del científico Arthur C. Clarke, autor de la novela original, era plantear más preguntas que respuestas, y está claro que lo consigue. Sin embargo, creo que la película se acerca demasiado a lo que sería un documental filosófico sobre el sentido de la vida, y esto, junto con su excesiva duración (144 minutos en la versión comercial), provoca momentos de saturación mental que se traducen en aburrimiento.

Y no podemos olvidar que estamos hablando de cine, y que el tedio es uno de los pecados mortales que debe evitar cualquier director, se llame como se llame, o le quiera dar la trascendencia que quiera a la película que tenga entre manos.

Inteligencia artificial

Entre los temas que introduce Kubrick para el debate, el que más me llama la atención es el de la inteligencia artificial, sobre todo porque anticipa un problema al que todavía no nos hemos enfrentado pero que, según todos los indicios, está a la vuelta de la esquina: qué ocurrirá el día en que los robots puedan tomar decisiones por sí mismos, el día en que incluso puedan decidir la vida o la muerte de un ser humano en función del éxito de la misión para la que han sido programados.

De eso trata el episodio de HAL 9000, un sistema operativo que incorpora la mentira para asegurar sus objetivos. Curioso que su desconexión sea el momento más dramático del film, quizá porque HAL ya ha adquirido esa parte de humanidad —despreciable, sí, pero humana— con la que nos sentimos identificados.

Y luego está el monolito. Ahí de pie, severo, mudo, inquietante. ¿Qué simboliza? Puestos a elaborar teorías, para mí sería algo parecido a la inteligencia absoluta; aquello que el hombre persigue pero que nunca podrá alcanzar. Y es una señal evolutiva de nuestra especie que aparece cuando damos un gran salto hacia adelante, ya sea descubriendo las herramientas en la Prehistoria o conquistando la galaxia. Las interpretaciones de corte religioso (o sea, que Dios es el monolito), no me cuadran.

Como tampoco me cuadra el final, donde sí creo que Kubrick da una respuesta innecesaria y presuntuosa al significado del monolito. Pero, como decía al principio de esta crítica, sólo llevo tres visionados de ‘2001’. Sé que habrá un cuarto, y tal vez para entonces se me abran los ojos del todo igual que un día se le abrieron a Woody Allen.

CALIFICACIÓN

Ficha técnica(+)

Título original: ‘2001: A Space Odyssey’. Dirección: Stanley Kubrick. Guión: Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke, basado en la novela de éste último. Reparto: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzack, Robert Beatty, Sean Sullivan, Douglas Rain (voz de HAL 9000). Duración: 144 minutos. Países: Estados Unidos y Reino Unido.

Otras críticas

«…la obra cumbre de un ególatra convencido de que está más allá de cualquier apreciación» (Adrián Massanet, ‘Blog de Cine’). (+)

«Lo que ‘2001’ nos dice es que somos humanos porque somos inteligentes, que la inteligencia es no sólo nuestra característica constituyente sino también nuestra principal herramienta, y que deberíamos intentar encontrar el mejor uso posible para dicha inteligencia» (Emilio de Gorgot, ‘Jot Down’). (+)